La familia nos condiciona. Son nuestros seres más queridos los que, sin saberlo y desde la tierna infancia, se convierten en ejemplos a seguir. Es lo que sucedió con Juan Peña, la gran fuente de inspiración de su hijo, Juan Peña, y que consiguió llegar hasta Isabel Peña, su nieta, a la hora de fundar Sibela.
Su pasión por las joyas vino heredada por el savoir fare de su abuelo, que también heredó su padre. El zaragozano fundó Peña joyeros y dedicó toda su vida a un proyecto basado en el amor. Tanto Duoo como Diamberley se han centrado en recordar los momentos más especiales de las parejas que confiaron en sus diseños, ya fueran con joyas de compromiso o con alianzas de boda.
Ilusión, esfuerzo y trabajo eran los tres valores en los que confiaba el joyero para superar cualquier desafío que se le pudiera poner por delante. Algo de lo que su nieta ha tomado ejemplo y pone en práctica con Sibela. La gran competencia del mercado o los precios de quienes ofrecen joyas de menor calidad son algunos de los retos del día a día. Sin embargo las lecciones de su abuelo, que también aprende de su padre, han logrado guiar a la diseñadora en los momentos de incertidumbre reinventándose y usando las redes sociales para tener un trato más directo con su público y captar nuevas clientas.
Fue Juan quien empezó creando para su esposa las joyas con las que Isabel soñaría años más tarde. Unas creaciones inspiradas en el joyero de las mujeres de la realeza que luego la diseñadora de joyas realizó para su firma logrando que cualquier bolsillo pueda acceder a diseños icónicos sin renunciar a la mejor calidad. “No puedo estar más feliz de haber compartido con mi abuelo lo que era su vida, aprender de él es el mayor privilegio”, dice la diseñadora.
Y es que, independientemente del precio que tenga una joya, son los recuerdos los que hacen que realmente sean piezas de gran valor. Valor que Isabel ve en todas ellas al recordarle, desde siempre pero con más razón a partir de ahora, a su abuelo. Diseñar y lucir un anillo que pudiera salir de la imaginación del zaragozano es también una manera de tenerle presente cada día.
“Me hace feliz que él haya podido ver que todo su esfuerzo tiene recompensa y todo por lo que lucho sigue adelante, aún nos queda un largo camino”, afirma Isabel.