Joyas inspiradas en abuelas para sus nietas

 

Que se puede avanzar mirando al pasado es algo que ha comprobado Isabel Peña. Como cuarta generación de una de las familias joyeras más importantes del país, ha querido que su visión creativa se centrara en rendir homenaje a las mujeres de su vida, las mismas que han inspirado su pasión. Con el nombre de Sibela, la joyera crea una nueva marca que combina las letras de su propio nombre y el de su madre, María Isabel. Pero también el de su bisabuela y tatarabuela.
 
Dos razones muy emotivas se esconden tras esta decisión. La primera, recordar su legado familiar. La segunda, celebrar el papel de su madre en su desarrollo profesional. Y es que fue ella -como la mayoría de madres- su primera ‘influencer’. Desde pequeña, Isabel acudía al joyero de su madre a ponerse las piezas que veía lucir a la mujer más importante de su vida. Aquel gesto que todas hemos hecho alguna vez, se convirtió en una de sus fuentes de ideas.
 
Su abuelo y su padre, quienes convirtieron en realidad aquellas piezas que Isabel encontraría en los joyeros de su familia, hacen que sean mágicas por partida doble. Se cierra así el círculo de un legado en el que toda su familia se veía involucrada, ellos creaban las espectaculares piezas y ellas las lucían pasándolas de generación en generación.
 
De ahí que ese cruce entre sus gustos actuales y los complementos que pertenecían a su madre, ya fueran nuevos o heredados, nazca Sibela, un punto de unión entre los gustos de madres e hijas -o incluso abuelas-, que resisten el paso de las tendencias gracias a su estética y su gran calidad.
 
A día de hoy, en el joyero de Isabel, se mezclan las joyas de hace más de cien años de sus abuelas ideadas por su abuelo y su padre con creaciones que ha hecho ella misma. Porque es esa línea elegante y atemporal la que ha querido reflejar en los diseños, volcando también el cariño que siente hacia las personas que más admira de su familia.
 
El mejor ejemplo es el anillo Deep Sea, una pieza que conecta con la colección de su abuela. “Ella tenía un anillo con una piedra muy grande en azul rodeada de diamantes blancos, como el de Lady Di”. Al ser pequeña, no dejaban que la usara, por lo que la joyera creó su propia versión. Tras recrear el diseño de su familia, logró que otras mujeres pudieran sentir esa conexión con joyas icónicas.
 
Después de convertirse en una de las piezas preferidas por sus clientas, Isabel sigue inspirándose en el gusto de las mujeres de su familia. De hecho, en la próxima colección, llegará otro diseño para el que su abuela sirvió de inspiración, un anillo con vocación de superventas.
 
Como cuarta generación, Isabel es consciente de la importancia que tiene adaptarse a los nuevos tiempos pero manteniendo la esencia de su familia. “La joyería ha cambiado. Antes solo tenías un anillo para toda la vida. Ahora quieres joyas que te recuerden esas ocasiones especiales en las que te las han regalado”, afirma la joyera.
 
Al estar tan presente en redes sociales, conoce de primera mano el feed back de sus clientas. Conectada con lo que quieren, sabe cuál es el secreto para que sus creaciones sean un éxito. Y pasa por aunar la majestuosidad de las grandes joyas de hace generaciones con un giro moderno que permiten que sean perfectas para llevar tanto en ocasiones especiales como en el día a día.

 

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