Un Viaje al Corazón Rojo de la Tierra
Los rubíes han cautivado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, destacando por su intensidad y profundidad que evoca imágenes de pasión y poder. Esta gema, conocida como la reina de las piedras preciosas, ha sido una constante en coronas y joyas de la realeza a lo largo de la historia.
Pero, ¿cuándo se descubrió el primer rubí? Y, ¿qué hace a esta piedra tan especial?
El Origen del Rubí
Aunque es difícil determinar el momento exacto del descubrimiento de los primeros rubíes, se sabe que estas gemas eran ya altamente valoradas por las civilizaciones asiáticas hace más de 2000 años. Se mencionan en la literatura sánscrita bajo el nombre de "ratnaraj", que significa "el rey de las gemas". Los yacimientos más antiguos se encuentran en Myanmar (antigua Birmania), famosos por producir rubíes de una calidad insuperable.
Rubíes en la Joyería Exquisita
A lo largo de los siglos, los rubíes han adornado todo, desde ornamentos religiosos hasta las joyas más exclusivas de la alta sociedad. Uno de los ejemplos más famosos es el rubí del Príncipe Negro, una gema histórica que ahora adorna la corona británica. Esta piedra no solo es famosa por su tamaño y color, sino también por su intrigante historia de poder y conquista.
Características Únicas del Rubí
A pesar de su dureza, que solo es superada por el diamante, la valoración de un rubí depende de varios factores, siendo el color el más importante. El color más deseado es un rojo intenso con un matiz ligeramente púrpura, conocido como "rojo sangre de paloma". Además, la claridad y el corte de la gema también influyen en su valor. A nivel científico, el rubí es una forma de corindón, el mismo mineral del zafiro, pero es la presencia de cromo lo que le da su característico color rojo.